“La persistencia de la memoria” es el primer peldaño de la larga escalera creativa con rumbo al producto visual final. La idea era generar una obra que no estuviera ajena a nuestras problemáticas propias, una obra en la que más allá de ser un ejercicio obligatorio para una asignatura, fuera una instancia de apego y reflexión tanto a las convicciones como a las interrogantes que mueven el espíritu de cada uno de nosotros.
Clave en este proceso fue la confección de una “caja de memoria”. Fue un ejercicio humilde, si: Constó en recopilar al menos diez objetos que tuvieran relación con uno, que poseyeran algún grado de importancia para nosotros ya fuese de forma directa con el objeto en si mismo, o bien, con el recuerdo de las situaciones vividas a través de ellos. Digo un ejercicio humilde pues aquello serviría para comenzar a hacer funcionar la “maquinaria de reloj” que todos llevamos dentro, haciendo que de manera casi automática, los conceptos desprendidos fueran inevitablemente haciéndose visibles a nuestros propios ojos, y poco a poco se fuera creando una base conceptual para el proyecto propiamente tal.
En un caso como el mío…llegué a la conclusión de que el fantasma de la religión era un asunto que no sólo se repetía con frecuencia en mi exposición de objetos, sino que sinceramente hablando era un tema con el cual no podía dejar de hacer contacto, llámese un “contacto constructivo” con respecto a mis convicciones o bien y caso contrario…un roce eléctrico en donde positivo y negativo no podían convivir sin sacar una chispa. Fue así como caí en la cuenta de que mi relación con aquel mundo era un constante “tira y encoje” en donde siempre fue difícil asumir una postura...
En un caso como el mío…llegué a la conclusión de que el fantasma de la religión era un asunto que no sólo se repetía con frecuencia en mi exposición de objetos, sino que sinceramente hablando era un tema con el cual no podía dejar de hacer contacto, llámese un “contacto constructivo” con respecto a mis convicciones o bien y caso contrario…un roce eléctrico en donde positivo y negativo no podían convivir sin sacar una chispa. Fue así como caí en la cuenta de que mi relación con aquel mundo era un constante “tira y encoje” en donde siempre fue difícil asumir una postura...
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