La cruz es por antonomasia el símbolo de la cristiandad, una de las religiones mas expandidas del mundo. Si bien fuentes históricas aseguran que en los tiempos de los padres de la iglesia la cruz no fue el más importante ni el más expandido de los símbolos cristianos, hoy por hoy resulta innegable su asociación a la religión cristiana, por tratarse del instrumento de tortura en el cual Jesús sufrió el martirio por la salvación de la humanidad. Por esto, es que la cruz misma, incluso dentro del plano religioso, ya presenta un carácter ambiguo: La salvación y la redención por medio de un acto doloroso y objetualmente hablando: La cruz como instrumento innegable de suplicio y muerte y a su vez…cargado de un sentido de esperanza y victoria.
Siempre existe la posibilidad de exprimir el símbolo hasta darle un vuelco a su significado, en este caso, por medio de la manipulación plástica, ese símbolo cristiano tan fuerte, va a descender de su connotación sagrada y será desligado de su carácter sacro Si bien el símbolo (en este caso) es desprendido de su significado universal, este nunca se deja vaciar del todo, nunca pierde por completo la carga simbólica que lo caracteriza. Por éste fenómeno es que el proyecto cobra un verdadero sentido, es en esa “apropiación” del símbolo donde reside la problemática teórica pues las cruces utilizadas ya no cumplen solo una función simbólica. Han sido “mancilladas” en su carácter sagrado. Ya no cumplen una función religiosa, por motivos de construcción y posición, es que ya no están ni construidas ni ubicadas para que sean signos de devoción, símbolos de fe, sino que la cruz a pasado a ser un objeto mundano al cual se puede someter a diferentes tratamientos técnicos para hacerlo trivial, cotidiano…mas humano que divino. Sin embargo, y a pesar de la “mundanización” de la cruz, ésta no abandona del todo su carga sagrada. Por mucho que se banalice una cruz, su sola forma nunca deja de lanzar guiños de religiosidad, nunca deja del todo ser el símbolo por esencia de la cristiandad.
Siempre existe la posibilidad de exprimir el símbolo hasta darle un vuelco a su significado, en este caso, por medio de la manipulación plástica, ese símbolo cristiano tan fuerte, va a descender de su connotación sagrada y será desligado de su carácter sacro Si bien el símbolo (en este caso) es desprendido de su significado universal, este nunca se deja vaciar del todo, nunca pierde por completo la carga simbólica que lo caracteriza. Por éste fenómeno es que el proyecto cobra un verdadero sentido, es en esa “apropiación” del símbolo donde reside la problemática teórica pues las cruces utilizadas ya no cumplen solo una función simbólica. Han sido “mancilladas” en su carácter sagrado. Ya no cumplen una función religiosa, por motivos de construcción y posición, es que ya no están ni construidas ni ubicadas para que sean signos de devoción, símbolos de fe, sino que la cruz a pasado a ser un objeto mundano al cual se puede someter a diferentes tratamientos técnicos para hacerlo trivial, cotidiano…mas humano que divino. Sin embargo, y a pesar de la “mundanización” de la cruz, ésta no abandona del todo su carga sagrada. Por mucho que se banalice una cruz, su sola forma nunca deja de lanzar guiños de religiosidad, nunca deja del todo ser el símbolo por esencia de la cristiandad.
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